15. Liars - Mess
Los discos de Liars se caracterizan por un constante tironeo
entre las ganas de experimentar, y las ganas de hacer bailar, inicialmente con
instrumentación típica de rock. Desde el disco anterior (WIXIIW, 2012), los
neoyorquinos abrazaron definitivamente los sintetizadores y los beats. Y la
disputa entre baile y experimentación mencionada previamente, sigue presente en
Mess, con una primera mitad plagada de hits synth-pop, y una segunda más
trabada, que por momentos roza el IDM.
14. Have A Nice Life - Deathconsciousness
A 6 años de Deathconsciousness (Uno de los mejores discos de
la década pasada?), The Unnatural World fue definitivamente un disco muy
esperado. Y superada la tonta ilusión de que éste disco alcanzaría o superaría
en calidad a su predecesor, uno termina encontrándose con un excelente disco. The
Unnatural World continúa con la tradición del dúo: post-punk, oscuridad,
angustia, mucho reverb, bases indutriales, distorsión, armonías vocales, drone,
etc. Porque HANL es una de esas bandas a la que a uno le encanta pegarle cuánta
etiqueta le quede bien.
13. Damien Rice - My Favourite Faded Fantasy
A 8 años de su último disco, vuelve uno de mis cantautores
favoritos. Regreso casi sin sorpresas, cumpliendo con las expectativas de
todos, pero con mucha gracia, entregando esas canciones acústicas de desamor y soledad que tanto extrañabamos.
12. Warpaint - Warpaint
La tan esperada continuación de The Fool, creería, no
decepcionó a ningún fan. Éste disco homónimo encuentra a las Warpaint en una
versión más melódica, más simple en cuanto a composición. Aparecen algunos
teclados, las bases se acercan al trip-hop… Reverb, sensualidad, y melancolía
por donde se mire.
11. Cheatahs - Cheatahs
De discos puramente “shoegaze”, éste es sin lugar a dudas mi
favorito del año. No hay nada novedoso acá, pero sin lugar a dudas la
composición, en el marco de la idea de “canción”, es perfecta. Y si hay algo
que aprecio de éste banda, es que no hay ninguna inquietud en cuanto a su
intención de “rockear”, de hacer canciones directas, en su mayoría de pulso
acelerado, acercándose no sólo a la obviedad de My Bloody Valentine, sino
también a Swervedriver y quizás hasta Dinosaur Jr.
10. Swans - To Be Kind
Una reseña que parece más bien negativa, en uno de los
supuestos discos del año, no es contradicción. Es más bien señalar qué es lo
que le faltó para ser, quizás, EL disco del año. Me resulta difícil no comparar
éste disco con su predecesor, The Seer (Mi disco favorito del 2012), no sólo por
la cercanía temporal, sino porque verdaderamente, To Be Kind se siente como una
secuela, tanto estructural como musicalmente, aunque más directa, más agresiva
y vehemente. Si algo hacía genial a The Seer, es que lograba mantener la
atención, y mostrar un gran abanico de variedades y matices dentro de una misma
estética, en toda la extensión de un disco doble. Y eso es justamente lo que le
falta a To Be Kind que por momentos se siente como una repetición abusiva de
los mismos recursos en muchas canciones, (El drone, el crescendo,
primera-segunda), y algunas elecciones facilistas que no hacen más que ensuciar
el resultado final (Hallelujahs, No-esto-No-aquello-No-lo-otro, o
We-esto-We-aquello-We-lo-otro, etc). Casi suena como el disco en el que Michael
Gira y compañía, con más de 30 años de trayectoria, regresaron a una
adolescencia que se esfuerza por ser rebelde y desafiante, y no consigue ser
más que ingenua y frívola. Y sin embargo, insisto en que a pesar de lo negativa
que aparenta ser ésta reseña, To Be Kind es un gran disco. Un disco que me
fascina por su genialidad pero al mismo tiempo me desconcierta por esas
imperfecciones. Supongo que sí, es contradicción en partes. Nota al pie, Oxygen
es una de las mejores canciones de toda la carrera de Swans.
09. The War On Drugs - Lost In The Dream
Me atrevo a afirmar que éste es el disco que le gustó a
todos (Menos a Mark Kozelek, claro está). Adam Granduciel combina el pulso
kraut con la épica Springteen-eana, la voz Dylanezca con sintetizadores
ochentosos, y consigue dar un con un resultado sorpresivamente coherente.
08. Xiu Xiu - Angel Guts: Red Classroom
Lo de Xiu Xiu se puede describir como una mezcla entre
Throbbing Gristle, Suicide, This Heat, Scott Walker, y quizás hasta Nico, con
el plus de una mayor sensibilidad melódica. Sensibilidad difícil de apreciar en
Angel Guts, quizás el disco más oscuro y tenebroso de su carrera. Los beats que
por momentos incitan al movimiento son contrapuestos con disonancias
desconcertantes y gritos espeluznantes. El disco se vuelve más y más caótico a
medida que progresa, redondeando el mejor trabajo de Jamie Stewart en los
últimos años.
07. St. Vincent - St. Vincent
En su cuarto disco, Annie Clark confirma que es una de las
artistas más relevantes, creativas, y esenciales de los últimos años.
Justamente, lo que faltaba en la discografía de St. Vincent era un disco como
éste, parejo, atrapante de principio a fin. Guitarras que suenan a sintes,
sintes que suenan a cuerdas, muchas ganas de bailar, mucha nostalgia Talking
Heads. Perdida en el line-up mediocre de un Lollapalooza inasequible
monetariamente, pero eso es otro tema.
06. Nothing - Guilty Of Everything
Es difícil de explicar, pero éste disco tiene algo que lo
hace sumamente emocionante, y curiosamente honesto. Entre el shoegaze
(debatible), la distorsión noventosa digna de Smashing Pumpkins, lo de Nothing
quizás esté lejos de ser original, pero de algún modo, se siente auténtico. Y a
su vez, no dejo de verlo como un trabajo excelentemente elaborado en cuanto a
su producción y su búsqueda, para tratarse de un disco debut. Como catarsis
distorsionada, es infalible.
05. The Twilight Sad - Nobody Wants To Be Here And Nobody Wants To Leave
Si bien las engañosas etiquetas de Wikipedia, Allmusic, y
otros sitios, describen a The Twilight Sad como otra banda Post-Punk con alguna
insinuación Shoegazer, lo de ésta agrupación escocesa va mucho más allá. Y lo
que los caracteriza es justamente la epicidad, la grandilocuencia con la que
consiguen plasmar esas canciones oscuras y melancólicas. Si bien éste rasgo los
ha identificado durante toda su carrera, es en éste disco, el cuarto de su
discografía, donde finalmente logran solidificar su propuesta. Con una producción
sumamente prolija, melodías entrañables, y un cantante que no se esconde en
susurros reverberosos ni reniega de su acento escocés, The Twilight Sad entrega
su disco más maduro, probablemente el mejor de su carrera.
04. FKA Twigs - LP1
El boom de esta muchacha viene anticipándose desde el 2012. Previo
a éste disco debut, Twigs lanzó dos EP’s, y una serie de videoclips, útiles al
fin de situarla en el mapa y otorgarle el status de “promesa”. Y éste primer
LP, sin duda alguna, cumplió con las expectativas, siendo uno de los discos de éste
año más aclamados por la crítica. Figura en cuánto top 10 de publicación
aclamada se les ocurra. Musicalmente, Twigs se inscribe en esa corriente que
algunos llaman “Alternative RnB”. Con una impronta claramente experimental, se
mezclan beats trabados, ritmos confusos, y texturas etéreas. La atmósfera se
nutre de trip hop y por momentos se acerca a discos como Homogenic de Bjork. Siempre
amenizado con la dulzura y erotismo de la voz, que a su vez, se convierte en
otro campo de experimentación donde aparecen armonías, duplicaciones, delay,
algún auto-tune, etc.
03. Ariel Pink - Pom Pom
El personaje que muchos consideran una especie de “genio”.
Ariel Pink es claramente un melómano que pasó muchos años de su vida escuchando
y estudiando canciones pop. Y ahí es donde reside su encanto, en el admirable
dominio que posee para explorar un sinfín de variantes de música pop. Éste
disco es en parte, un repaso de toda la historia del pop. Por momentos suena 60’s,
por momento 80’s, y así varía constantemente. Los otros rasgos que definen éste
disco son el constante uso del humor, y el sonido lo-fi, saturado, cargado de
pistas, “mal mezclado” desde una perspectiva más conservadora. Otro de los
afortunados en lanzar el disco de su carrera, éste año.
02. Las Ligas Menores - Las Ligas Menores
Desde que salió, no paré de escuchar éste disco. Primer LP de
éste quinteto de Buenos Aires, plagado de hits super pegadizos y adictivos. Guitarras,
teclados, ritmos acelerados, inocencia, ingenuidad, desamor, todos los
ingredientes que conforman lo que para mí representa el mejor disco de
canciones pop en castellano, en muchísimo tiempo.
01. Grouper - Ruins
La idea de hacerle justicia a éste disco en una reseña se me
hace complicada. Y es que Ruins es un disco perfecto. Es asombroso cómo, con
una impronta tan minimalista, consigue expresar tanto. Es sabida la trayectoria
de Liz Harris por la tradición de lo etéreo, lo minimalista, lo íntimo. Y en ésta
ocasión, la encontramos esencialmente sólo con su voz, su piano, y muchísima
reverberación. El resultado, finalmente, dista mucho de lo que se esperaría de
una canta-autora basada en el piano, en parte por lo poco ortodoxo de su
ejecución. Liz reluce cierto amateurismo con el instrumento, y transmite la
sensación de cierta inseguridad, casi timidez a la hora de presionar las
teclas, pero logrando algo bellísimo. Las voces susurradas se acarician entre
ellas, especialmente en Holding, el punto más álgido del disco, casi sobre el
final. Todo esto, complementándose con sonidos de puertas, ranas, lluvia,
truenos, y todo un trabajo que logra un clima invernal, de ensueño, triste pero
de algún modo, contenedor. Es un disco ideal para escuchar con auriculares en
ese estado de “trance” que bordea entre estar despierto y dormido. Es ahí donde
Ruins se hace más vivo, más cercano. De verdad, pruébenlo.











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